PUNTOS DE ENCUENTRO



PARA SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MEJOR

11/8/10




Convivencia y conflictos, como modos de relación social, van acompañados de importantes núcleos emocionales y sentimentales.
La ira, el miedo, la culpa, la vergüenza, el amor, la felicidad, etc., pueden desencadenarse en situaciones interpersonales. En cualquier circunstancia en que se ven comprometidos nuestros objetivos o intereses surgen las emociones, las cuales nos informan de inmediato cómo se ven afectados.
Los sentimientos nos proporcionan un balance vital respecto a cómo avanza la consecución de nuestras metas. Las emociones positivas como la alegría, la felicidad, el orgullo nos comunican que nos acercamos a ellas, mientras las negativas como la ira, el miedo, la tristeza, etc. Nos transmiten mensajes de agravio o humillación, de amenaza o peligro, y de pérdida.
Puesto que en las relaciones sociales, sean de convivencia o conflictivas, nuestros objetivos se ven comprometidos, no es extraño que en ellas nos acompañen afectos. No olvidemos que los héroes y las víctimas, con su importante acompañamiento sentimental, surgen en el grupo social, y que éste colabora con su reconocimiento a que algunos individuos se sientan felices y dichosos, y con su repulsa y reproche a que otros sientan culpa, vergüenza o ansiedad.