PUNTOS DE ENCUENTRO



PARA SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MEJOR

3/12/13



ASOCIACION DE MEDIADORES NO JUDICIALES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES,
Nuclea a graduados y alumnos de la Licenciatura en Resolución de Conflictos y Mediación de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y mediadores de diversas disciplinas que a través de certificaciones habilitantes se encuentran capacitados para ejercer la mediación no judicial. 
Tiene por finalidades: 
a) agrupar en una entidad a los profesionales de la Mediación no judicial y la Resolución de Conflictos de la Provincia de Buenos Aires; 
b) colaborar con los poderes nacionales, provinciales y municipales, mediante asesoramiento, consultas y tareas relacionadas a la especialidad que redunden en beneficio de la comunidad; c) organizar congresos, seminarios, cursos y conferencias y publicar trabajos científicos; y cualquier otra actividad de formación vinculada a la Resolución Adecuada de disputas y mediación 
d) la defensa de la ética profesional;
e) la defensa de los miembros de la Asociación para asegurarles el libre ejercicio de la profesión conforme a las leyes; 
f) cooperar en la formulación de planes académicos y/o universitarios, cursos especiales de posgrado y especialidades; 
g) colaborar con las universidades nacionales estatales o privadas,  donde se impartan cursos de RAD y mediación, en todo lo referente a planes de estudio, práctica e investigación; h) establecer relaciones de reciprocidad e intercambio científico con otras entidades similares del país o del extranjero; 
i) colaborar con obras e instituciones vinculadas con la función social de la profesión;
j) alertar sobre el ejercicio ilegal de la profesión. 
k) velar por la ética profesional de Mediadores y profesionales de la Resolución de Conflictos; l) expandir los propósitos perseguidos por la Asociación en el resto del País o en cualquier punto del extranjero;
m) afiliarse a federaciones o confederaciones nacionales o extranjeras que agrupen a entidades similares o equivalentes;
n) realizar tareas de asistencia profesional y servicios especializados hacia la comunidad, en forma gratuita o con aranceles institucionales módicos en casos aprobados por Asamblea o mediante mecanismos aprobados por ella; 
r) Ofrecer a particulares e instituciones el servicio de mediación no judicial para la resolución de disputas o conflictos ;
ñ) participar en la promoción del la práctica de la Resolución Adecuada de Disputas como herramienta de sana convivencia social generadora; 
o) fomentar la acción conjunta interprofesional;
p) reconocer la especialización de los Mediadores no judiciales y profesionales de la Resolución de Conflictos.
q) propender a la obtención de la reglamentación legal del ejercicio profesional de la Mediación no judicial y la Resolución Adecuada de Disputas (RAD);
r) fomentar el modelo dialógico como herramienta de paz entre todos los seres humanos del mundo. 

5/10/12

Sentimientos y conflictos


Convivencia y conflictos, como modos de relación social, van acompañados de importantes núcleos emocionales y sentimentales. La ira, el miedo, la culpa, la vergüenza, el amor, la felicidad, etc., pueden desencadenarse en situaciones interpersonales. En cualquier circunstancia en que se ven comprometidos nuestros objetivos o intereses surgen las emociones, las cuales nos informan

de inmediato cómo se ven afectados. Los sentimientos nos proporcionan un balance vital respecto a cómo avanza la consecución de nuestras metas. Las emociones positivas como la alegría, la felicidad, el orgullo nos comunican que nos acercamos a ellas, mientras las negativas como la ira, el miedo, la tristeza, etc. Nos transmiten mensajes de agravio o humillación, de amenaza o peligro, y de pérdida. Puesto que en las relaciones sociales, sean de convivencia o conflictivas, nuestros objetivos se ven comprometidos, no es extraño que en ellas nos acompañen afectos. No olvidemos que los héroes y las víctimas, con su importante acompañamiento sentimental, surgen en el grupo social, y que éste colabora con su reconocimiento a que algunos individuos se sientan felices y dichosos, y con su repulsa y reproche a que otros sientan culpa, vergüenza o ansiedad.
La activación de cualquier núcleo emocional distintivo va asociada a importantes cambios en nuestra mente y en nuestro cuerpo. Algunos mecanismos de la atención y de la memoria y algunos procesos de pensamiento pueden verse alterados.
Acontecen importantes cambios en algunas zonas cerebrales (amígdala, corteza pre frontal medial, ganglios basales, etc.) y en la activación del sistema nervioso periférico (tasa cardiaca, tensión arterial, activación muscular, etc.).
Se hacen distintivos algunos deseos o tendencias de acción. Piénsese, por ejemplo, en una situación en que nos sentimos airados. Interpretamos que nuestro interlocutor nos humilla y agravia intencionalmente con sus acciones o comentarios, nuestra activación fisiológica es muy elevada y deseamos atacarle física o verbalmente, aunque habitualmente nos controlamos, y es posible que recordemos acontecimientos pasados en que nos hizo o dijo algo parecido con lo cual nuestro enfado se acrecienta. En el caso del miedo, creemos que la situación es amenazante o peligrosa, igualmente la activación cardiaca, la tensión muscular, la sudoración, etc. son elevadas, y nos gustaría huir, escapar o evitar lo que acontece. Cuando en una relación social se activa un núcleo emocional, lo que hacemos en ella está estrechamente determinado por lo que sentimos en ese momento. Sentimientos negativos como la ira, el enfado, el rencor, la ansiedad, el miedo, la tristeza, etc. suelen entorpecerla pues instigan tendencias de acción destructivas o de protección. La alegría, la felicidad, el orgullo, el amor, etc. la favorecen pues proporcionan el afianzamiento de ambas partes y el acercamiento a objetivos comunes. Cuando los protagonistas de un conflicto intentan reajustar su relación, espontáneamente o con la ayuda de terceros, tendrán que regular también los núcleos emocionales que acompañan ese proceso.
Del Manual para la Paz
ENTELMAN, R.F. (2002). Teoría de conflictos. Barcelona.
FISHER, R.; PATTON, B. Y URY, W. (1992). Getting to Yes: Negotiating agreement without giving in, 2nd Edition. New York.
ROGER FISHER Y WILLIAM URY (1981). Getting to Yes: Negotiating agreement withoutgiving in. New York. (Traducido al castellano en 1991, en Bilbao: Deusto.)
BURGESS, H. Y BURGESS, G.H. (1997). Encyclopedia of conflict resolution. Santa Bárbara.
GIRARD, K, Y KOCH, S.J. (1997). Resolución de conflictos en las escuelas. Manual para educadores. Buenos Aires.




30/1/12

El poder de la paz

Juan Lafarga

 “No hay caminos para la paz, la paz es el camino”                      Mahatma Gandhi


Entre los grupos pacifistas contemporáneos con frecuencia es satanizado el poder como sinónimo de autoritarismo, imposición, predominio económico o fuerza militar. Ciertamente es difícil el ejercicio del poder, porque el que lo tiene con facilidad lo usa para beneficio propio bajo capa de servicio o ayuda a los demás. El poder ciega al que lo tiene, observamos y experimentamos con frecuencia. El poder no ejercido con amor es fuente de injusticia y de arrogancia, llámese éste poder político, económico o eclesiástico.

El poder, sin embargo, probablemente no es otra cosa que la influencia que ejercemos sobre los demás por lo que somos y por lo que hacemos y tenemos. Poder es la influencia que tienen los demás sobre mí mismo, así como la influencia que yo puedo tener sobre los demás.

Por poder voy a entender la capacidad de influenciar. Si la influencia que yo tengo sobre los demás está orientada a promover la vida, la salud y la convivencia armónica, estoy propiamente hablando del poder personal que construye y que promueve el crecimiento y el desarrollo. En cambio, si uso mi inteligencia para agredir, empobrecer o destruir estoy hablando del poder del narcisismo o egoísmo, que no busca la armonía, sino la prevalencia.

El uso del poder es lo que cuenta, no el poder mismo. Así se puede hablar sobre el poder de la inteligencia, del poder de la bondad y del poder de la sabiduría, como también se puede hablar del poder de la injusticia, de la corrupción y de la guerra. El poder de la paz es la influencia que tienen sobre los demás los promotores del equilibrio, de la armonía, del diálogo, de la negociación y del crecimiento armónico de todos.


Lo que hace diferente el poder de la paz de todas las demás formas de influencia es que la paz sólo puede ser conseguida por la paz misma, es al mismo tiempo término y camino.

Es imposible llegar a la paz por la violencia, por la imposición o por la fuerza. La paz conquistada por la guerra es efímera y temporal, no es paz, sino sometimiento, no es armonía, sino polarización, no es diálogo sino monólogo sin escucha, no es negociación sino arrebato e imposición. La paz no es solamente ausencia de conflicto, es la vivencia dinámica de la armonía  producto del amor que vincula a los que son y se aceptan diferentes. Es el respeto que mi razón tiene por mis sentimientos y el que éstos tienen por mi razón. Es la armonía de la familia cuando las necesidades de todos están suficientemente atendidas. Es la armonía de las instituciones cuando las necesidades de quienes detectan la autoridad como las de quienes tienen responsabilidad por la operación están suficientemente satisfechas. La paz es el producto dinámico del diálogo que facilita la negociación equitativa, que clarifica las necesidades, flexibiliza los planteamientos y acerca las voluntades por la comprensión y por el amor.

La paz es un proceso dinámico en la búsqueda de la armonía. Es aceptar que el mundo es de todos los que existimos en él y que todos merecemos un mínimo necesario de salud, de  bienestar y de felicidad. La paz es el producto directo de la sabiduría que está hecha de inteligencia, bondad y amor por uno mismo y por los demás.

La violencia contra el terrorismo únicamente generará venganza y más guerra. No hay caminos para la paz, la paz es el camino. La sinergia de todos los que buscan la armonía consigo mismos, la armonía con los demás y el bienestar de todos es, muy probablemente, el único camino hacia la paz.

La paz podría ser descrita, en términos generales, como el proceso dinámico de armonización entre los diferentes. O también como un estado de equilibrio móvil entre los elementos diversos de un organismo vivo a nivel individual o social. La paz social no es sólo el resultado de saludables relaciones  entre los grupos diferentes de un país o de una sociedad, sino de la integración  armónica de las diferencias en la búsqueda del crecimiento para  todos.
Es también una meta del proceso evolutivo a la que se dirigen las acciones humanas en proceso de crecimiento.  Es al mismo tiempo una meta inalcanzable y un anhelo permanente que sólo termina con la  muerte. Es un sentimiento no aprendido e inextinguible en todos los seres humanos.  Una opción racional de los humanos por la integración y la armonía en lugar de la violencia.

La paz se construye por el establecimiento de metas estimulantes, pero sobre todo alcanzables. Las metas inalcanzables generan ansiedad. Mientras menos accesibles, la ansiedad se va convirtiendo en angustia y ésta, a su vez, en pánico y el pánico es paralizante. El conflicto genera un estado de ansiedad cuando sólo se ve la imposibilidad de integrar las diferencias. No puede ser un mero deseo, implica la acción de quien la busca como una opción de vida.


(1)  Este artículo, enriquecido ahora, fue publicado en el núm. 35 de Prometeo (verano 2003)

10/9/11

Mirada al futuro(una técnica)





Las personas ante un conflicto, suelen quedar ancladas en el pasado, por diferentes razones;  buscando pruebas que corroboren lo que dicen” usted puede preguntarle a...;”me gustaría que venga...y usted le escuchase aquí...O se quedan fijados con elementos que sustentaban la posición, como en las cartas documentos o documentación escrita “Esta todo escrito”.

Para el trabajo del mediador esta postura es improductiva porque su tarea consiste en ayudar a construir un proyecto fututo ya que el pasado es inmodificable ,esta actitud da lugar a la queja,  de la cual buscamos apartarnos .
No es que no se considere la historia ,de hecho escuchamos atenta y respetuosamente la narración  cuando llegan, pero a partir de la etapa del replanteo ,la mirada de las partes debe cambiar hacia un trabajo constructivo en el futuro.
En  esta instancia particular del abordaje  la llamamos técnica de mirada al futuro. No se reduce su aplicación a este momento del proceso, es posible usarla en distintos momentos por sus efectos prácticos  especialmente cuando se discute sobre hechos del pasado.
 El límite de su aplicación estará dado por haber destinado un tiempo para la narración del pasado, siendo respetuoso del relato y sabiendo que no será el eje de la tarea, no se interrumpirá abruptamente por el valor y la importancia que representa para las personas. Legitimaremos para evitar una percepción minimizadora entre las partes y se aplicara de manera simétrica para no afectar la neutralidad. 
Si la vuelta al pasado  trae un grato recuerdo se le dará el espacio y aprovechara para la búsqueda positiva de aspectos comunes alguna vez compartido, utilizando la  pregunta circular, rescatando los buenos tiempos. 
La habilidad del mediador será proyectarlos al futuro mas allá, de un pasado”particular” que no permita avanzar. El reencuadre se pondrá usar para dar paso a otras cuestiones que necesitan ser exploradas e invitar a las personas a” Mirar al futuro”

9/9/11

Apuntes sobre la neutralidad


por la Lic. Florencia Brandoni

La neutralidad es un tema que no escapa a la vivencia cotidiana de los mediadores. Es un tema ineludible de la técnica.
En términos generales la literatura especializada sostiene que: el mediador no someterá a su propio juicio moral la conducta ni las pretensiones de los disputantes, así como tampoco las propuestas de solución que se den. Dará lugar al sistema valorativo y cognitivo de los disputantes. Se abstendrá de poner en juego sus afectos, simpatías y antipatías, que lo comprometan en el enfrentamiento. Pondrá en suspenso su universo valorativo y afectivo. Se destituirá narcisísticamente. Evitará el establecimiento de alianzas con una de las partes. Y se abstendrá se caer en propuestas de parcialidad a que lo inducirán las partes. Las personas en la mediación normalmente invitan al mediador a una alianza, o buscan convertirse en el favorito, bajo la creencia que capturando al mediador en su historia, saldrán beneficiados en el resultado del procedimiento. Este comportamiento no necesariamente es conciente ni mucho menos malintencionado. No olvidemos también que el mediador se ofrece para ayudar a resolver la disputa y busca generar empatía con las partes.
El mediador, entonces, dará idéntico valor al relato de cada parte, sin en dar la veracidad de los hechos, y tratará comprender el marco interpretativo de cada uno.
Sin perjuicio de compartir esta definición, la práctica nos interroga a diario a acerca de cómo sostener una posición neutral, cuando inevitablemente sentimos resonancias internas frente a 1os relatos y padeceres de los disputantes con los que trabajamos.
Recojamos del psicoanálisis conceptualizaciones que también delinean la posición del tercero neutral, constitutiva de la mediación. En los escritos técnicos, S. Freud es elocuente sobre la posición que debe tomar el psicoanalista en referencia a este tema y vale igualmente para el mediador: "No sé cómo encarecería bastante a mis colegas que en el tratamiento psicoanalítico tomen por modelo al cirujano que deja de lado todos sus afectos y aun su compasión humana, y concentra sus fuerzas espirituales en una meta única: realizar una operación lo más acorde posible a las reglas del arte". La metáfora es contundente . En ese mismo artículo, indica que "el médico no debe ser transparente para el analizado, sino, como la luna de un espejo, mostrar solo lo que le es mostrado". Esta frase refleja el aspecto más indicativo de la "neutralidad valorativa".
A propósito de las dificultades que presentaba en los análisis el surgimiento del amor de transferencia de los pacientes, es que Freud enuncia la regla de abstinencia para el psicoanalista como condición para el desarrollo de la cura: "el analista es no neutral por naturaleza, por su mera condición humana; pero en el curso de un análisis, se abstiene".

Intentemos ahora precisar la relación entre la neutralidad y la abstinencia. La primera resulta una posición abstinente en tres aspectos:

a) Abstenerse de disparar rápidas y lúcidas conclusiones (además de sentencias y psicodiagnósticos), sobre la convicción de que nuestra comprensión no alcanza para saber de 1a posición subjetiva desde la que reclama y habla cada individuo.

b) Abstenemos de nuestras preferencias y prejuicios delicadamente cultivados, porque somos sujetos de riesgo que como todos nos identificamos con aquello que resuena en lo mas recóndito de nuestro ser.

c) Abstenerse de proponer soluciones, pretendiendo saber que es lo mejor para el otro y lo que le conviene. Sobre todo cuando sabemos que la disputa no es tan sólo por un objeto y visible. Además, se trata de que cada uno pueda conocer y pronunciar sobre sus deseos.

Me surge el recuerdo de un caso en que una pareja que convivió durante varios años quería dividir una propiedad comprada por ambos en ese período de tiempo. Pesaba sobre ésta una hipoteca que figuraba a nombre de los padres de él, pero era cancelada mensualmente por la pareja. Entre varias alternativas de solución que se formularon, aparecía la posibilidad de que ella, quien estaba viviendo en el departamento desde la separación, se quedara con el inmueble. Le intereso especialmente permanecer en la que consideraba su casa. Negociaron entonces que para poder concretar esta opción, ella debía tomar a su cargo la deuda, liberando a sus suegros, y darle a él un dinero, que equivalía a la mitad de lo ya pagado por los dos. Ambos estaban de acuerdo. Luego de que ella analizara las posibilidades reales constituir una nueva hipoteca a su nombre, y viendo que sería viable abonarla, abordamos el tema del dinero que recibiría él. Fue entonces que manifestó no tener apuro y le propuso que se lo pagara del modo en que ella deseara, siempre dentro de un plazo de 18 meses. Ella se comprometió a traer una propuesta por que debería afrontar sola elpago de la hipoteca. En la reunión siguiente, propuso pagarle la totalidad del dinero convenido en el término de los dos meses subsiguientes al acuerdo. Había decidido hipotecar la casa de su madre, quien poseía ese único bien, para saldar su deuda con él. Esta propuesta había sido creada con asesoramiento legal y financiero. Estaba debidamente informada.
¿Por qué? ¿Por qué ella se plantea concretar la opción más cara y riesgosa a sus intereses económicos? Digo más cara por la tasa de interés que pagaría, y riesgosa porque de no poder hacer frente a la deuda, correría peligro la única propiedad de su madre.
Este es el punto en que mi neutralidad se vió cuestionada. ¿Qué hacer con mi idea de lo caro, riesgoso e innecesario de la oferta? Yo pensaba que ella podía proponerle: 18 cuotas mensuales, un solo pago al cabo de 18 meses, 6 cuotas trimestrales, 4 pagos fijando sólo el monto de la primera y compromiso de saldo total al finalizar el plazo sin obligarse a una suma fija en las dos cuotas intermedias, etc.
¿Cómo suspender mi propia valoración?
Tenía que encontrarle un sentido, una lógica, una coherencia a la propuesta de ella y sólo podía lograrlo si lo pensaba en el contexto de la relación de "esa" pareja. Durante los años de convivencia ella había tenido un buen trabajo, con buena remuneración. El estudiaba y finalizó sus estudios universitarios. Luego se dedicó a tareas que lo apasionaban pero sin beneficio económico. Sus trabajos rentados eran irregulares. Ella había cargado con el peso económico. Ella podía, él no podía. Si bien esto era motivo de queja por parte de ella, su propuesta era totalmente coherente con los términos en que se dio la relación. La solución que se planteaban podía entenderse a la luz de la historia que tenían. Asimismo evidenciaba que no sólo se trataba cuestiones de dinero; porque si así hubiera sido, ella hubiese buscado una ventaja económica. Debí reflexionar entonces: si yo opino sobre la mejor solución e insisto en lo que para mí es mejor, ¿qué hay de la autocomposición del conflicto, del acuerdo como reflejo de la voluntad y la singularidad de las partes, del mantenimiento del poder por parte de los disputantes? ¿Por qué habría de valer lo que yo haría en su lugar, si se trataba de la vida de ellos? Cuánto he podido comprender de la trama vincular en la que esta propuesta tiene correlato? Claro que también debí preguntarme: por qué me sentí tan involucrada en este caso. Esta última respuesta la reservo para mi intimidad, sólo por razones de pudor, a pesar de considerarlas de suma importancia.
Pude reubicarme en mi función: abstenerme de opinar, valorar y aconsejar. Por otro lado, ¿de qué hubiera servido que yo le aconsejara y le explicara qué era mejor para sí misma?, si como dice Freud: "Contra las pasiones de poco valen unos sublimes discursos".
Es de utilidad recordar los aportes de G. Cecchin , quien desde la teoría sistémica, entrelaza los principios de la hipotetización, la circularidad y la neutralidad. La técnica del interrogatorio circular se usa para desarrollar, refinar y descartar hipótesis (técnica para quebrar la interpretación única), lo cual ayuda a construir un contexto de curiosidad y neutralidad.
Vale la pena señalar que si insistía en "mis alternativas" perdía la neutralidad. Sin embargo, aventuro que ninguna de las partes hubiera notado una parcialidad hacia ella, ya que mi opinión personal se acomodaba dentro de un rango aceptable para él, sin causarle detrimento alguno.
Por lo tanto, es importante diferenciar la neutralidad del mediador de la percepción de imparcialidad que tienen los disputantes acerca de su actuación. Si coincidimos en esta distinción, tenemos entonces que reconocer que hay personas con un umbral dé sensibilidad muy bajo (o alta suceptibilidad), y podrían interpretar una toma de posición o el establecimiento de una alianza, donde no 1a hubo. Claro que la habilidad del mediador está en poder detectar y escucha atentamente a las partes sin pasar por alto una característica de esta magnitud que lo colocaría en un lugar de alta exposición.
Finalmente, la pareja realizó un acuerdo económico que reflejaba su historia vincular.
La experiencia demuestra muchos casos de mediadores que han propuesto soluciones, fueron rechazadas por los disputantes, porque no se correspondían con su historia familiar, ni con el derecho de ésta. Los rechazos responderían a distintos factores, pero tomemos dos que hace al tema de análisis: la falta de escucha activa y la puesta en juego de valoraciones, e identificaciones del mediador.
Podemos concluir que la neutralidad del mediador es la única garantía para concretar en la práctica característica estructurales de la mediación:
  • Que las partes mantengan el control de las negociaciones y de la disputa
  • Que las partes no deleguen su poder de decisión en un tercero. Que autocompongan su conflicto.
  • Que el acuerdo sea reflejo de la voluntad y la singularidad de las personas en conflicto, o sea, que "acuerden en su ley".
  • Que el acuerdo tenga mayores probabilidades de cumplimiento, porque fue una decisión personal la que generó la obligación.
Sólo sosteniendo la neutralidad habrá espacio para la puesta en juego de la subjetividad de los individuos.
REFERENCIAS:
  1. Freud, Sigmund, "Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico" (1912), Obras Completas, T.12, Amorrortu Editores, 1976, pág. 114.
  2. Freud, Sigmund, op. cit. pag 117.
  3. Waisbrot, Daniel; "E] analista, sus vasallajes y las configuraciones vincularas. Aproximaciones ideas y problemas". XII Jornadas Agosto de 1996, "Intervenciones en Clínica vincular psicoanalítica". Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo. Pag, 46 y sig.
  4. Waisbrot, Daniel; op. cit., pag 46.
  5. Tausk, Juan, "Intersecciones: Mediación y Psicoanálisis", Revista Actualidad Psicológica, A;o XXI, n 237; Buenos Aires; Noviembre 1996,pag.4.
  6. Freud, Sigmund, "Puntualizaciones sobre el amor de transferencia", Obras Completas, Amorrotu editores, T.XII, pag 167.
  7. Cecchin, Gianfranco; "Nueva visita a la hipotetización, la circularidad y la neutralidad: una invitación a la curiosidad. Sistemas familiares". Abril de 1989. Pag 15.
  8. Diez Picazo, Luis; Familia y De¡-echo; Civitas; pag 23.
  9. Brandoni, M. Florencia; "Hipótesis desde la práctica de la mediación". Revista Actualidad Psicológica. A;o XXI, n 237; Buenos Aires; Noviembre de 1996; pag 12 y 13.
Lic. Florencía Brandoni

6/6/11

COUNSELING Y MEDIACIÓN


PUNTOS DE COINCIDENCIA O SIMULITUDES
LA PAREJA .Un ejemplo.
Para resolver conflictos de pareja, la MEDIACIÓN estaría empleada en la división de bienes y /o la tenencia y visita a los hijos, régimen de frecuencias y horarios.
El counselor apuntaría a tratar de descubrir sobre qué puntos podrían basarse para mejorar la convivencia, si hay elementos que permitan avizorar que la pareja puede seguir funcionando, limando asperezas, generando cambios recíprocos en función de un mayor acercamiento. O, en su defecto, llegar a la conclusión que lo más saludable para las NECESIDADES. INTERESES, DESEOS Y OBJETIVOS (NIDO) incluyendo a los hijos, en aras de que vivan en un clima sin hostilidades ni agresiones, es un divorcio mutuamente aceptado.
Vemos claramente hasta qué punto, mediación y counseling (consultoría psicológica).van de la mano.
En efecto, se promueve un MAAN (mejor alternativa para un acuerdo negociado) ya sea para auspiciar la unión o concretar una separación ineludible.
En todos los casos vamos en pos de una acción Racional – Adaptativa – Inteligente.
La conclusión que surge del cuento, nos muestra a las claras que tanto en la MEDIACIÓN, LA NEGOCIACIÓN O EL COUNSELING, “asomarse al balcón - parafraseando a William Ury - es fundamental para analizar y constatar que dentro del mismo contexto, las visiones y/o interpretaciones pueden ser divergentes”.
TOM ANDERSEN es el pope de la psicología aplicada en la actualidad. En un Seminario al cual tuve el placer de asistir, dijo que a él no le gusta hablar de PSICOTERAPIA, NI DE COUNSELING. Que él habla de CONVERSAR.
Aclaró que, a través de una escucha activa y de preguntas circulares se llega a conseguir que las personas descubran ELLAS lo que deben hacer, en qué se están equivocando, qué cambios deben hacer para salir de sus conflictos, o por lo menos, morigerarlos.
¿Acaso no es eso lo que persigue la MEDIACIÓN? Volvemos a confirmar a cada paso y cuanto más lo analizamos, que COUNSELING, NEGOCIACIÓN Y MEDIACIÓN tienen multitud de puntos de coincidencia. Todo lo cual permite deducir que un Counselor que sea también Mediador, tiene un valor agregado. Y ese valor se da recíprocamente. La preparación y práctica de la MEDIACIÓN es un refuerzo experimental y amplía la capacidad del COUNSELOR para la consultoría psicológica y viceversa.
A continuación propongo, confirmando lo expuesto - o sea la propuesta de este ensayo -, que analicemos la sabiduría, para aplicar los profesionales de ambas disciplinas, de las preguntas a formular en cualquier caso que lo sugiera:
PREGUNTE Y TENGA EN CUENTA: ¿Por qué? ¿Por qué no? ¿Qué tal si…? ¿Por qué eso es justo? Aprovechar el valor del silencio. Cree un clima propicio para negociar. Replantee. Tome tiempo para pensar. Observe el lenguaje analógico, que a veces es más elocuente aún que el verbal. Un error común es insistir en una sola solución, o salida. No se canse de buscar alternativas. Recuerde que todos necesitamos y tenemos una profunda necesidad de reconocimiento. Recuerde la frase que se atribuye a Napoleón: despacio, que estoy apurado. Escuche ¡No interrumpa! Haga ver las consecuencias. Enfatice que siempre hay una salida.AUTORA: LILA NELIDA DIAS

24/4/11

Diversas modalidades de resolución de conflictos:


Juicio: No es un proceso voluntario entre las partes, sino que interviene un tercero con poder para imponer una solución a los litigantes. Procesalmente formal y de carácter público. Ofrece oportunidad para que cada una de las partes presente posiciones  y pruebas a través de sus abogados. Su resultado es incierto para las partes, pues deben aguardar a que el tercero se expida a través de una sentencia que se les impone de manera vinculante. Si la sentencia no satisface, existe la posibilidad de apelarla.

Arbitraje: Es un proceso voluntario. También interviene un tercero (el árbitro), pero éste es designado por las partes. El árbitro suele ser un experto en el tema en discusión y tiene poder para tomar las decisiones que se impondrán a las partes de modo vinculante. Si no hay intervención judicial el arbitraje es de carácter privado. Procesalmente es menos formal que un Juicio. Incluso las reglas del proceso pueden ser dispuestas por las partes. Ofrece oportunidad para que cada una de las partes presente pruebas y argumentos. Si la decisión del árbitro no satisface, existe la posibilidad de someterla a revisión.

Conciliación: Es un intento por llegar a un acuerdo mutuo voluntariamente. Puede o no intervenir un tercero (el conciliador)... Si interviene un tercero (un Juez, un experto, un representante institucional, etc.), el mismo lo hace de forma oficiosa y desestructurada.
También suele utilizarse la expresión «Conciliación»  para designar la facilitación de un acuerdo presidido por un Juez. En efecto, es el procedimiento en el que las partes se avienen, por mutuo acuerdo, sin necesidad de llegar a juicio o habiendo llegado a él, a través de la firma de un convenio. Es un acto normalmente jurisdiccional voluntario que posibilita el establecimiento de un acuerdo directo entre las partes sobre el asunto litigioso de un proceso.
La expresión «Conciliación obligatoria» designa el intento obligatorio de avenencia entre intereses en conflicto de los trabajadores y empresas con participación de la Administración en materias derivadas del contrato de trabajo.

Negociación: Es un proceso voluntario. Si hay acuerdo, el mismo tiene la validez de un contrato. No interviene un tercero. Cada una de las partes presenta su posición a través de un negociador que defiende sus intereses frente al negociador de la otra parte. La negociación es de carácter privado, generalmente informal y poco estructurada.

Mediación: Es un proceso voluntario. Si hay acuerdo, el mismo tiene la validez de un contrato. Interviene un tercero imparcial, designado por las partes como facilitador externo del diálogo entre ambas. El mediador puede o no ser experto en el tema de discusión. Cada parte presenta su posición a la otra contando con la cooperación del mediador. Es un proceso de carácter privado, informal y con una dinámica propia poco estructurada. Si el proceso se desarrolla como servicio adjunto a los Tribunales, la mediación puede ser pública. El acuerdo aceptado entre las partes puede ser homologado judicialmente por un Juez. ¿Cuál es aquí el papel del Juez? Pues su papel es básicamente confirmar la solidez legal y la imparcialidad del acuerdo logrado en la mediación.

El procedimiento normal de un  Juicio tiende a ser lento  y, por lo tanto, costoso. Existe una razón de peso por la cual los tribunales no emiten sus fallos rápidamente: puesto que el litigio es la etapa final de una controversia, el tribunal debe examinar el caso a fondo, sin cometer errores en la definición del hecho y en la interpretación de la ley, lo cual lleva tiempo...

Los procedimientos más comunes de resolución extrajudicial de disputas son diversos. Cada uno tiene sus pros y contras, pero sus características comunes son la informalidad, la rapidez y el hecho de que se fundamentan en la voluntad de las partes más que en el dictamen de una autoridad ajena a la autodeterminación de los involucrados. El rasgo común de estos procedimientos es que el sentido de la autonomía privada les ha dado gran valor y significado. Su característica principal es que las conclusiones definitivas se basan en el acuerdo de las partes. Por lo tanto, si las partes no pueden llegar a un acuerdo, el procedimiento habrá sido en vano y quedan en libertad de intentar otras soluciones que ellas mismas determinen.


UNTREF,  Lic. en Resolución de Conflictos y Mediación - Cátedra: Mediación I /  Mg. Claudio Altisen  -